Quizás estás empezando un proyecto o quizás tu empresa, después de varios años con la misma imagen, necesita un nuevo enfoque o un refuerzo de valores que, con el paso de los años, han cambiado y ha hecho que la imagen actual ya no represente vuestra filosofía de marca.
El branding no es un simple logotipo. El branding va mucho más allá. Por eso, lo que antes con un logotipo, unas tarjetas y una carpeta ya podía solucionar vuestras necesidades de imagen. Hoy, todo eso ya no tiene la misma validez.
Es importante hablar de emociones, de sentimientos, de valores… todas esas cosas que son importantes para tu empresa. Y todo eso debe conectar con tus empleados y con tus clientes; así como también es importante que ellos conecten con tu filosofía y sentirla como propia. ¡No hay mejor embajador de tu marca que un cliente que sienta vuestros valores como algo propio!
El branding es como ese armario en dónde tenemos todo lo que necesitamos para contar externamente lo que sentimos por dentro: las prendas son los colores de nuestra marca, los zapatos serán las tipografías que usaremos para comunicar, nuestra manera de peinarnos serán los elementos gráficos y la colocación de los mismos, por ejemplo, nuestros accesorios. Todo, absolutamente T-O-D-O transmite y cuenta cosas, igual que nosotros y nuestra manera de comportarnos. El branding, actúa igual.
Las tarjetas de visita siguen siendo una parte fundamental para presentarnos.
¿Y qué pasa con las fotos? ¿Por qué son tan importantes?
Vivimos en la era de la imagen. En un día podemos recibir alrededor de 3000 impactos publicitarios. Y sí, en un mar tan extenso y entre tantos peces es complicado destacar. Por eso, con la ayuda del branding y de la fotografía, conseguiremos llamar la atención de todos esos pescadorxs.
Primero, y con nuestro ‘outfit’ de branding saldremos a la calle, y seguro que empezaremos a vender, pero no será suficiente.
Hoy en día es importante tener una web y contarle al mundo lo que hacemos y donde estamos. Somos curiosos y nos gusta ver como es la persona o personas que están al otro lado de la pantalla y como es su espacio de trabajo, si tienen una tienda a pie de calle, si trabajan desde un taller o desde un pequeño estudio. Para resolver todas esas dudas de nuestros posibles clientes, nos sacaremos unos retratos, que sean transparentes y directos y si es en nuestro espacio de trabajo, mejor que mejor. Si esto último no puede ser, haremos otras fotos de nuestro local y las pondremos en nuestra web y en nuestro perfil My Business de Google.
Reportaje fotográfico para la Clínica de Ortodoncia MFV
Bien, tenemos nuestro ‘outfit’ de branding, nuestro retrato, enseñamos como y donde es nuestro espacio de trabajo…. pero, nos falta contar y enseñar qué vendemos. Si ofrecemos servicios, es importante enseñar nuestra metodología de trabajo. Para ilustrar esas explicaciones, lo ideal puede ser hacer gráficos o bien, representarlo con fotografías. Evita acabar en los bancos de imágenes, pues tendrás unas fotos del motón, que no te representarán ni a ti ni a tu marca.
Y si vendes productos, lo ideal es enseñar como son de una manera transparente y directa. A nadie nos gusta sentirnos engañados y tener que devolver los artículos que compramos porque no es lo que esperábamos. Por tanto, para evitar que tus clientes se queden insatisfechos, es importante hacer unas buenas fotos de tus productos, que reflejen con exactitud los colores, las texturas y apoyarlo, si fuera necesario, con textos explicativos y con medidas. Además con esas fotos, siempre tendrás el contenido perfecto para tus publicaciones de Instagram, por ejemplo.
Fotografía de producto de las creaciones de Ferraxe de Prata
Con todo esto en marcha tu negocio debería ir viento en popa pero, claro está que hay muchas otras cosas importantes. Cada día hay que trabajar y cuidar tu imagen de marca, desde el trato personal con tus clientes, hasta la presencia en RRSS, todo es importante para que tu empresa triunfe.
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